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Ocho años haciendo camino

Ildefonso de la Campa Montenegro, director S.A. de Xestión do Plan Xacobeo, Xunta de Galicia.

El Camino de Santiago es pie, cabeza y corazón. Un itinerario espiritual y vital en el que el esfuerzo, la reflexión y la capacidad de cambio interior llevan transformando las vidas de millones de personas en los últimos mil doscientos años.

Los hombres y mujeres de Cojebro lleváis ocho años realizando diferentes itinerarios del Camino por tierras gallegas y realizando una labor altruista y solidaria que acompaña a vuestro esfuerzo personal. En este año 2025, Caritas Española ha sido la entidad seleccionada para recibir vuestra contribución en la que cada kilómetro que recorréis se transforma también en un esfuerzo económico para apoyar a los que más lo necesitan.

Algo que caracteriza a las peregrinaciones compostelanas en este renacer del fenómeno Jacobeo en el siglo XX y XXI es la adaptación del Camino de Santiago a las características que, como sociedad, tenemos en esta complicada contemporaneidad.

En el lado positivo, podemos ver un Camino más inclusivo en el que todos tenemos la posibilidad de disfrutar y sufrir esta experiencia única: miles de personas con diferentes discapacidades llegan anualmente a Santiago de Compostela, niños y jóvenes con medidas judiciales, personas recluidas en el sistema penitenciario español, veteranos combatientes de diferentes países que buscan en el Camino la paz interior que necesitan y miles de peregrinos que buscan reconectar con una vida más pausada, más reflexiva, más lenta, más humana.

La sociedad civil es el otro gran factor que señala la adaptación del Camino de Santiago a nuestra contemporaneidad. Asociaciones de Amigos del Camino que velan por la defensa de los intangibles que dan sentido a la peregrinación, con especial relevancia a la hospitalidad y acogida jacobea; las instituciones públicas, que hemos actualizado la milenaria protección física y jurídica del Camino y de los peregrinos que lo recorren; y la presencia de la empresa, no sólo en la prestación de servicios a los peregrinos sino adoptando y utilizando las bondades que el Camino tiene para fortalecer la identidad corporativa y el espíritu de empresa que es, en definitiva, el espíritu de sus directivos y trabajadores.

El Camino de Santiago lleva mil doscientos años señalando lo que somos como Europeos, en donde se sitúan nuestras raíces culturales, vitales y espirituales y que es lo que como sociedad podemos ofrecer al resto de la humanidad. Nuestras raíces grecorromanas y cristianas -sea a través de la afirmación o la negación- nos definen y diferencian de otras culturas y, a través de su afirmación o negación hemos llegado a esta sociedad que tanto ha peleado y tanto ha tropezado para generar los mayores espacios de libertad privada y pública que  la humanidad ha alcanzado en la historia.

Esa libertad también es libertad económica, libertad para emprender, para crecer y para generar riqueza para uno mismo y para los demás. Es por ello que la presencia de las empresas en el Camino es esencial. Es esencial para generar servicios de calidad para los peregrinos, para atender sus necesidades y para mejorar la calidad de su experiencia.

Pero también es fundamental la presencia empresarial en el Camino para que la propia esencia del Camino impregne el espíritu corporativo de las empresas. Esfuerzo, reflexión, adaptación al cambio, comunicación, intercambio de conocimiento, riesgo y sufrimiento son valores que vosotros sabéis bien que están en el Camino y que os vais a ir encontrando con ellos etapa a etapa, kilómetro a kilómetro y paso a paso pero, que también, están en el día a día de vuestro camino empresarial y profesional.

Felicitaciones, queridísimos peregrinos de Cojebro por ocho años de peregrinación, de esfuerzo, de convivencia y de solidaridad. El año próximo coincidiremos por estos itinerarios jacobeos, hasta entonces. ¡Buen Camino! 

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