Cuando tenemos humedades en casa, un accidente con el coche u otro tipo de percance, nos ponemos en contacto con nuestra compañía de seguros para que un perito valore los daños. Sin duda, se trata de un profesional experto que desarrolla una labor muy importante. De hecho, es más relevante de lo que podríamos llegar a pensar en primera instancia.
El perito forma parte del ADN del seguro, de su esencia. Principalmente, porque es el encargado de analizar los daños causados y dar un valor económico a la indemnización que recibirá el asegurado o asegurada. Suele ser designado por la compañía de seguros, teniendo la obligación de realizar un informe pericial objetivo e imparcial.
Ahora bien, cabe remarcar que valorar un daño no es una tarea sencilla; al contrario, requiere de sólidos y amplios conocimientos. Aspectos que caracterizan al perito, una denominación que originalmente procede del latín y significa ‘experto’. Además, con el tiempo, este profesional añade a sus conocimientos teóricos lo que le aporta la experiencia diaria en su trabajo.
Sin duda, la labor de un perito es fundamental cuando ha ocurrido un siniestro. En primer lugar, porque es el responsable de verificar que los daños se deben a ese accidente, y no a otro anterior. Después, como hemos comentado es el encargado de dar una valoración económica a esos daños, con la importancia que esto tiene tanto para el asegurado como para la compañía aseguradora. Y también, es quien supervisa la reparación y la calidad de la misma. Es decir, comprueba si dicha reparación se ha realizado conforme a su peritación y cumpliendo con la seguridad y técnica correcta.
En el desempeño de sus funciones, también desarrolla una importante función, especialmente, cuando las responsabilidades no están del todo claras. En estos casos, el perito debe delimitarlas y concluir cuál es la aseguradora responsable de reparar los daños. De esta manera se obtiene una resolución justa y se evita el fraude. Cada año, las compañías de seguros sufren numerosos intentos de estafa. Y es aquí, donde este experto juega un papel crucial para prevenirlo y luchar contra él. Además, en los casos de resolución de fraude, la intervención de los peritos como negociador es muy frecuente y a menudo esencial.
En definitiva, gracias al excepcional trabajo que realizan los peritos se puede decir que se produce un win-win para ambas partes. Es decir, en el caso del cliente, porque recibe la indemnización que se merece; y en el de la aseguradora, al prevenir los engaños y sus costosas consecuencias.