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Hablar de Cultura en el sector asegurador es hablar de agradecimiento

Eva María Lidón, Subdirectora General de Autorizaciones, Conductas de Mercado y Distribución en D.G.S.F.P., reflexionó el pasado 22 de noviembre en la clausura de la II Gala Cultura y Seguro sobre la relación entre ambos conceptos.

A continuación les ofrecemos un fragmento de su discurso:

Seguros y Cultura son aparentemente dos conceptos que pudiéramos pensar, no que son opuestos, pero sí que se mueven en esferas diferentes.

La cultura está integrada por bienes materiales y espirituales que constituyen nuestra definición como sociedad y que se van conformando de manera colectiva.

Y es precisamente esta formación colectiva del elemento cultural la que necesita de la aportación de todos los agentes sociales a su determinación.

Reflexionando sobre cómo el mundo de la cultura, o más concretamente el del arte, reflejaba el sector financiero se me venía incesantemente a la cabeza un cuadro de Grosz, Los pilares de la Sociedad, en la que los financieros son representados como señores de peso, con chistera y con las cabezas llenas de billetes; o como el señor Potter, el enemigo de George Baley, en Qué bello es vivir, símbolo de la avaricia. Creo sinceramente que nuestra industria está muy lejos ya de esos estereotipos.

Con esta Gala Cultura y Seguro hacemos un acto de agradecimiento, que además nos permite, como dijo el Director General en este mismo acto el año pasado, salir de nuestro ensimismamiento como industria y establecer un espacio de reconocimiento, reflexión, y encuentro fuera de las provisiones técnicas, los tipos de interés y las conductas de mercado.

Como dijo el filósofo Nuccio Ordine en su obra La utilidad de lo inútil, la producción artística y cultural deberían ser un fin en sí mismas, pero eso no significa que sus contribuciones al cultivo del espíritu y al desarrollo civil no sean útiles y necesarias.

Porque la cultura favorece la cohesión social y es verdaderamente una zona de encuentro en la que podemos alcanzar puntos comunes que sería muy difícil ver en el ámbito profesional, y no digamos en otros…

En este contexto hemos reconocido en esta mañana el valor de las palabras, de su conocimiento, de su poder para generar afectos, de su poder para aumentar la curiosidad, que nos hablan en su evolución de nuestras vicisitudes como sociedad y que representan también nuestros modos de vida, nuestra historia…

Para disfrutar es preciso conocer, por eso es tan importante la divulgación y el mecenazgo. Desde el conocimiento se puede llegar al deleite o al menos, si no podemos elevarnos tanto, sí al disfrute y a compartir la pasión de los artistas. Conocer a los artistas nos da los códigos necesarios para compartir sus experiencias pasadas, las que nos trasmiten a través de lienzos, mármol o celuloide y que han querido que pase de ser una experiencia individual a una colectiva. Y eso, nos aporta visiones insospechadas de la historia, de los sentimientos, de la naturaleza, visiones individuales que se convierten en nuestras, también a través de las obras de arte.

Divulgar, apoyar impulsar… frase que ha hecho suya la Fundación Mapfre y que le agradecemos.

Y finalmente todo esto no sería posible sin los creadores, sin los artistas…

El arte ilumina a la sociedad y crea contextos en los que las relaciones humanas pueden prosperar. La música, los poemas… el cine; son capaces de transportarnos en unos segundos a lugares lejanos, paraísos perdidos, historias no vividas pero que hacemos nuestras… todos los que estamos aquí esta mañana seríamos capaces de asociar algún momento feliz con una película. Yo me veo eternamente acompañando a Jonh Wayne, el tío Ethan, en su búsqueda de la pequeña Debbi en Centauros del desierto

Este último agradecimiento es especial… El cine es capaz de enfrentarnos con nuestros espacios perdidos, con nuestras Asignaturas Pendientes, los espacios de la vida que hay que intentar rellenar, Volver a empezar, las inseguridades y dudas entre los cariños legítimos y los del corazón que vemos reflejados en la figura de Un abuelo. Muchas gracias, señor Garci, por, con sus reflexiones, provocar las nuestras, por ampliar nuestras emociones con las suyas.

Muchas gracias finalmente y de nuevo a Cojebro por permitirnos reconocer a los creadores y artistas que en definitiva mejoran nuestra vida y nos enriquecen a todos como sociedad.

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